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POLEMICA CON EL DIPUTADO SAENZ Y OTROS DISTINGUIDOS CIUDADANOS NICARAGUENSES SOBRE LA RESPONSABILIDAD DE LOS POLITICOS EN LA SITUACION EN QUE SE ENCUENTRA NICARAGUA.


Agosto 2010.

1.     Comentario  de Orlando Morales que inicia la discusión.

Nicaragua: el nuevo orden de cosas y la oposición amedrentada.

Daniel ortega y sus secuaces pulverizaron la institucionalidad que se había venido construyendo en el país  a partir de 1990. Lo que hemos estado viendo estos tres años de gobierno sandinista es una demolición paulatina pero contundente de toda la institucionalidad creada por los tres gobiernos que le precedieron. Si se reflexiona un poco, esto casi equivale a una revolución, si entendemos esta (independiente del signo izquierdoso  o derechoso) como el acto de destrucción de un viejo orden para la instauración de uno nuevo. Es una cuasi-revolución desde arriba a base de marrulladas, “cañonazos”, métodos gansteriles y pandillerescos, que le han dado excelente resultado a los sandinistas. Ninguno de los poderes del Estado funciona como antes y de ellos no ha quedado piedra sobre piedra. El partido de gobierno ha venido abatiendo toda forma de independencia y poniendo a su entero servicio al poder judicial, al poder electoral, al poder legislativo, a la policía, al ejército, es decir, a todas las instancias de poder que existen en Nicaragua.

En estas circunstancias y bajo el nuevo orden creado por los sandinistas en el poder ya no hay forma de ganarle a Ortega, ergo ya no hay forma de bajarlo del poder mediante mecanismos legales o electorales. La legalidad, desde una perspectiva política, dejó de tener sentido, aplicabilidad y utilidad en nuestro país hace ya bastante rato.  Sin embargo esta verdad tan evidente que se manifiesta diáfanamente  con cada noticia recibida del acontecer político nacional no la perciben los señores de la oposición por una razón muy sencilla: el miedo. Los señores de la oposición son víctimas del horror que les produce  el tener que poner en riesgo su bienaventurado quehacer político “opositor” y su vida si se deciden a asumir dignamente el papel que dicen representar.





1.      COMENTARIO DEL DIPUTADO SAENZ A  MI COMENTARIO:

Estimado Orlando:

Me parece excelente tu comentario. Sólo tengo una observación: La oposición no solamente son los dirigentes de los partidos políticos. La oposición, a mi entender, somos todos los que no estamos de acuerdo con el orteguismo, independientemente del lugar en que nos encontremos. Así que, visto el inmovilismo y la laxitud de nuestros liderazgos de distinto tipo, el horror no afecta solamente a los políticos. Obviamente no afirmo lo anterior por defender a los politiqueros tradicionales, sino porque todos los que nos sentimos comprometidos con el futuro de este país debemos abandonar el síndrome del "chivo expiatorio"....siempre es otro, u otros, quienes tienen la culpa. No! ...a cada uno corresponde asumir su propia cuota de responsabilidad. Solamente así podremos salir del atolladero histórico en que nos han sumido las élites tradicionales...políticas, económicas y sociales.

Saludos,

Enrique Sáenz



2.       Repuesta de Orlando Morales al comentario del diputado Saenz:

MI COMENTARIO A SU COMENTARIO:

Estimado diputado Saenz:

Agradezco su gentileza y que haya dedicado parte de su valioso tiempo para leer mi comentario y, más aun, emitir un comentario interesante al respecto. Sin embargo, quiero plantearle algunas consideraciones sobre su observación. Me parece exagerado poner al mismo nivel al ciudadano común y corriente y a un dirigente de un partido político "opositor" que además fue electo en un cargo de representación popular (lo subrayo, porque es sumamente importante). El dirigente de un partido político con un cargo de represantación popular fue electo por miles de ciudadanos comunes  y corrientes que depositaron en él su confianza para que los representara dignamente. Esta persona cuenta con una responsabilidad ante sus electores para velar por que Nicaragua transite por el camino del progreso y el desarrollo. Es más, esta persona percibe un jugoso salario y una serie de prerrogativas (inmunidad, acceso a la información, personal administrativo, capacidad de movilización, etc.) precisamente para ello. El pobre ciudadano común y corriente vive agobiado por una serie de actividades cotidianas que apenas lo dejan reflexionar (si ya lee la prensa u otro periódico es un tremendo esfuerzo intelectual). Es a los políticos a quienes  le compete sacar a los ciudadanos comunes y corrientes de su letargo, de su miedo y de su aflixión cotidiana y no a la inversa diputado Saenz. La responsabilidad fundamental del curso político que lleva el país es de los políticos  y de nadie mas, ya sea porque son víctimas de la incapacidad, cobardía, falta de visión, estupidez, ausencia de vínculos orgánicos con la población, arribismo, etc.

Diputado, con todo el respeto que se merece, hace no mucho, yo le hice una pregunta sobre que había pasado con la iniciativa del MRS para regular las tasas de interés de las tarjetas de crédito. Y no me respondió diputado. Hasta me atreví a especular sobre si los  bancos con su capacidad económica habrían moldeado la conciencia de los miembros del MRS. Pues hasta la fecha, después de la burla que hizo la superintendencia de bancos a la sociedad nicaraguense con una normativa que mandaba a los principales usureros del país a que se autorregularan, ustedes los del MRS se han quedado calladitos. De hecho aceptaron esa bufonada de la superintendencia que emitió una "norma" que no norma. Yo, que soy un ciudadano común y corriente, cuanto hubiera querido tener la posibilidad (a todos los niveles) que tiene usted y los miembros de su partido para impulsar un proceso de lucha ciudadana contra ese degenere económico (la usura) que es uno de los factores que nos tiene como el segundo país más pobre de américa.

Me parece normal y justo que Bayardo Arce, Samuel Santos y otras hierbas aromáticas , miembros prominentes del partido de gobierno y fuertes accionistas de los bancos, hayan promovido esa normativa. Pero lo que me parece absolutamente anormal ( y aquí es donde uno especula con la mano pachona de los bancos) es que Ustedes, que comenzaron una campaña enérgica por la regulación de las tasas de interés y que permitió ver en alguna medida toda la podredumbre que hay detrás de esa práctica degenerada de los bancos, se hayan quedado calladitos y dormiditos después de la burla de la supertintendencia de bancos. Por ello le pregunto nuevamente diputado Saenz: ¿Que pasó con la iniciativa de Ley del MRS para regular las tasas de interés de las tarjetas de crédito? Creo, que ustedes le deben una explicación a quienes depositamos esperanzas en que esa usura degenerada (a través de las tarjetas de crédito) por un grupito de mafiosos contra el pueblo nicaraguense y su economía iba a ser resuelta, en gran parte, con la iniciativa de ley del MRS.


Saludos

Orlando Morales


3.     Comentario de la periodista Carmen Herrera en la discusión.

Gracias Orlando por la aclaración al diputado.

Creo que muchos que votamos por el MRS teníamos la confianza de que ese partido abanderara y se pusiera al frente de la lucha contra los abusos de poder de Daniel Ortega y su familia, y quienes han hecho posible que ya no tengamos ni siquiera constitución como son todos los magistrados de la corte, del Consejo supremo electoral, y los diputados. A quien le queda ánimo para luchar contra Daniel para que siga gobernando sea de opositor o este en el poder?. Luchar a favor de quién? si  todos los políticos son los mismos y ya los conocemos. Para qué luchar: para que nuevamente tomen el poder los mismos y se lo repartan siempre los mismos?. El MRS obtuvo 200,000 votos, esos, actualmente con un liderazgo ampliado a partir de los descontentos provocados por el actual gobierno, ya se habrían quintuplicado, pero claro con autoridad moral y al frente de las luchas. Pero no es así. Están esperando que las cosas cambien por si solas y que el pueblo ponga los muertos, como siempre, para tomar el poder, y seguir viviendo de la pobreza de la mayoría de los nicaragüenses. Tengo una duda, Orlando, será que el botín de esta paísito es tan grande?, es sospechoso, pues todos quieren el poder, pero nadie quiere luchar por él. Se me ocurre otra pregunta: Qué queremos realmente, que desaparezca el orteguismo? o tenerlo de oposición?....La lucha es larga si queremos limpiar a este país de Ortega y quienes les hacen el juego: todos los políticos. 

Demás está decirte que comparto con vos que no tenemos las mismas responsabilidades los políticos que los ciudadanos de a pie, es decir, la mayoría.

4.    Comentario, mas bien un artículo, del exdirigente del partido comunista de Nicaragua Alvin G. Salinas.


Les dejo estas reflexiones, que podran tomarla como "defensa" a los politicos... porque la critica va enderezada con el candoroso pueblo nuestro...

Que les sea propicia.

Comicios y opinión pública: Ayer y hoy.
Una autocrítica implícita


Un artículo publicado en el periódico El Porvenir de Nicaragua, del 2 de febrero del año 1874, citado en uno de los libros de Miguel Ayerdis, se refería a nuestras elecciones como "un carnaval que sirve de divertimiento a los que sardónicamente se ríen del candoroso pueblo de Nicaragua, como niño a quien se le da un juguete para que se divierta, mientras le pasa la emoción que le causa una emoción dolorosa".

Y continuaba el artículo del periódico: "La opinión la forman en gran parte, ora los pretorianos que han ganado charreteras limpiando el frac de los poderosos o derramando la sangre de sus hermanos, ora el dueño de una taberna que recoge unos cuantos holgazanes para que den votos a cambio de un poco de licor ardiente, ora infelices mendigos que cambian sus convicciones por un pedazo de pan con que mitigar el hambre…”

Salvando distancias y actualizando la cita anterior  uno no puede dejar de preguntarse ¿cuál de las posiciones ahora reproducimos cada uno de nosotros? ¿Estamos con los intereses de los pretorianos o estamos  vinculados al dueño de la taberna? ¿Nos contamos entre los holgazanes o entre los “mendigos”?

En cualquier caso, el Guegüense entrará en escena nuevamente: nos pondremos las máscaras e iniciamos cada quien con su doble discurso, pretendiendo engañarnos con nuestras propias mentiras. Otros son los culpables, menos nosotros mismos…

Y ciertamente que es duro admitir nuestro candor. Pero quien no conoce aunque sea por encima las páginas fatales de nuestra historia, se le hace muy difícil darse cuenta de que seguimos reproduciendo los mismos errores, ya envejecidos.

Más allá de las consignas de "cero analfabetismo" seguimos siendo el pueblo candoroso e ignorante (no solo el amplio sector iletrado), seguimos siendo pieza usada en el entramado de nuestra cultura política, la que reproducimos sin darnos cuenta. Una cultura que inventa mitos y hace creerlos con facilidad entre la masa…

El mayor de todos esos mitos, y que nadie al parecer (ni moros ni cristianos, ni “derechas o izquierdas”, ni los llamados “demócratas” o “dictatoriales”) están interesados en refutar, es la creencia de que los nicaragüenses que ejercen la administración pública nos están haciendo un favor al resto de los mortales pobladores del país.

Y será solo cuando empecemos a caminar por nuestros propios pies para transformarnos de pobladores a ciudadanos, y entendamos que el Estado se ha hecho para el hombre (para todos los hombres y mujeres, claro está) y no el hombre para el Estado, entonces habremos iniciado el camino para deshacer la maraña de vicios arraigados durante siglos, que nos ha vuelto presa del caudillismo, del clientelismo político, de esa nuestra conducta abyecta ante el funcionario público que actúa con toda discrecionalidad al margen de norma expresa, que se supone debe servir para tutelar el bien común.

Solo entonces la opinión pública será del público antes, durante y después de los comicios, no sólo de los pretorianos o de sus de “cepillos”. No solo de los dueños de las tabernas o los que están a ellos vinculados. No sólo de los holgazanes o de los “mendigos”.

5.     Comentario del periodista Guillermo Cortez Domínguez

Con todo respeto, me parece que, independientemente del desastre de nuestra clase política, Enrique Sáenz está en lo cierto al recordar que todos somos responsables, unos más, otros menos. Cada uno de nosotros, independientemente de los políticos profesionales, tenemos un rol que jugar desde muestras particulares posibilidades.
 
Cordialmente,
 
Guillermo Cortés Domínguez


6.     Segundo comentario de la periodista Carmen Herrera.

Con todo respeto a los que defienden que todos tenemos las mismas responsabilidades, quisiera recordar y aprovecharme del privilegio que tenemos algunos de desahogarnos de lo que nos pasa frente a una computadora, que cuando este pueblo ha tomado la decisión de luchar por un país mejor y más justo para todos, ha sido calificado de "valiente", "aguerrido", "héroe", en fin, miles de calificativos que lo veneran, pero ahora, somo "güegüenses" (dicho de manera peyorativa, no se rerfieren a lo positivo de la obra"),  "holgazanes", "mendigos", en algunas ocasiones escuché a una dirigente revolucionaria opositora al actual gobierno, referirse a los que no dicen nada como "estómagos con patas". 

Aquí la mayoría de gente de clase pobre es la que ha puesto los muertos cuando luchó contra la dictadura de Somoza...y para qué? para que unos cuantos se hicieran millonarios?...Muchos lucharon contra lo que creíamos era una revolución...y para qué?, para que sus dirigentes tomaran el poder en nombre de una democracia que los dejó en la miseria e hizo dirigentes políticos que hoy ostentan grandes capitales como la dirigencia sandinista a la que combatieron?...Y todavía les llaman "mendigos", "holgazanes", "estómagos con patas"...por favor, un poco más de respeto para mi gente. Yo sí me siento orgullosa de las actitudes que sabiamente este pueblo de "mendigos" toma en cada momento que le ha tocado vivir.

Quien nos da la autoridad, para referirnos a la gente con esos calificativos?...

Personalmente no creo que nosotros los privilegiados que tenemos instrucción, internet, trabajo y comida diaria, tenemos autoridad para descalificar a todos por igual y hacer responsables a todos por igual. Son unos cuantos a los que les pagamos para que nos representen como dice Orlando, y hasta la fecha no se ha inventado otra manera de hacer política y tomar el poder democráticamente, que la existencia de partidos políticos donde un pequeño sector de la población puede ejercer su militancia, el resto, votamos por afinidad ideológica o por agenda programática, de ahí que no me puedo sentir con la misma responsabilidad que los dirigentes de los partidos por los cuales una vota. Para eso están ahí, pues no cualquiera puede ser "dirigente" de un partido, supuestamente eso se gana porque han demostrado ser mejores líderes que el resto.

Saludos,

Carmen

7.     Segundo Comentario de Orlando Morales en la discusión.

Sobre los políticos, el "pueblo" o la "mayoría" o las "masas".

El Estado es un aparato social de dominio que siempre está en disputa por ciertas élites que lo controlan o desean controlarlo.   La mayoría de la población, es decir, los ciudadanos comunes y corrientes  siguen (dependiendo de sus gustos, intereses, vínculos, etc.) a una de las élites que se disputan el control del aparato estatal, o bien son indiferentes. Hay Estados "autoritarios", donde la élite opositora no tiene ninguna posibilidad de controlar el aparato del Estado a menos que la elite en el poder sea derrocada. Hay Estados "democráticos" donde las élites se disputan el control del aparato estatal de manera pacífica mediante reglas del juego plenamente aceptadas y respetadas por ellas.

Las élites que pretenden controlar el aparato estatal pueden perseguir diversos fines que casi siempre están en consonancia con los intereses de buena parte de sus seguidores: impulsar un modelo económico de tal o cual signo (socialista o capitalista), impulsar un modelo económico que reforme algunas cosas que a su parecer funcionan mal en el modelo actual, transformar las estructuras de poder en mas o menos democráticas o en mas o menos autoritarias,  impulsar cualquier tipo de modelo económico o político y ejercer el poder y enriquecerse, simplemente ejercer el poder para vengarse de quienes lo detentan actualmente independiente de los modelos políticos y  económicos, etc., etc, etc,.

Indudablemente que las élites son lo políticos (personas que dedican la mayoría de su tiempo a la política) quienes generalmente, aunque no siempre, están organizados en partidos políticos. ¿Porque se organizan en partidos políticos? Para que su accionar sea coordinado y centralizado y de esta manera pueda ser más efectivo sobre quienes se ejerce la actividad política, es decir sobre sus seguidores, sus adversarios y los indiferentes.

¿Y que es el accionar político que se ejerce sobre los seguidores, los adversarios y los indiferentes? Generalmente sobre los seguidores se ejerce la persuasión (nuestro partido es el mejor, tenemos las medidas de salvación o desarrollo de la patria, la sociedad, el grupo o lo que se pretenda salvar o desarrollar, tenemos un futuro luminoso, etc., etc.). Generalmente sobre los adversarios se ejerce la intimidación, que puede ser represión y eliminación en los regímenes autoritarios, y la corrupción de miembros la élite adversaria mediante la compra de su conciencia, que significa el abandono de las posiciones con las que adversan a la otra élite. Sobre los indiferentes se utiliza todo, tanto la persuasión como la intimidación.

En esencia, hacer política es una actividad de ciertas élites para controlar el aparato estatal, mediante su fortalecimiento (aumento de sus seguidores y apoyo o neutralización de los indiferentes) y el debilitamiento, la minimización y, si es posible, la destrucción de las élites que les adversan, para el logro de los fines que se proponen.

Reiteramos que en la actividad política, como en cada  una de las actividades particulares de la vida hay un personal especializado, las élites organizadas principalmente en partidos políticos, los políticos. La mayoría de la población que obviamente no pertenece a estas élites participa ocasionalmente en política (períodos electorales, insurrecciones, guerras civiles, movilizaciones, huelgas generales, etc.)   inducidos y organizados, salvo casos muy excepcionales, por  las élites que se disputan el control del aparato estatal. Cuando se dan esos momentos  muy excepcionales en la vida y el accionar político del pueblo o las masas  actúa en contra de las élites establecidas, da como resultado la conformación de una nueva élite, donde casi siempre se integran una buena parte de las viejas élites, quienes determinan como, y en función de qué, se debe utilizar el aparato estatal (ver la experiencia del derrumbe de la Unión Soviética y la conformación de la nueva élite con Vladimir Putkin,  exdirigente de la vieja  KGB,  a la cabeza).

Indudablemente que las  mayorías, la población o las masas son la principal fuerza de la política, pero así como la combustión interna es la fuerza que mueve al automotor, no quiere decir, por ello, que el automotor se mueve en pro de los objetivos de la combustión interna. Todos sabemos que el automóvil se mueve  en pro de los objetivos de quien lo maneja, del conductor.  La mayoría, la población o las masas, como la combustión interna en el automóvil, mueven las estructuras sociales (económicas y políticas) hacia donde los conductores, es decir, los políticos deciden que se mueva.  La "mayoría", el "pueblo" o las "masas" no son responsables,  mucho menos autónomos, cierto, constituyen la fuerza social fundamental pero… dirigida y manejada por los políticos.

Así es la vida, así ha sido por siglos y así seguirá siendo por algunos siglos más mientras perduren en la humanidad los instintos vitales que nos han hecho la especie dominante en el planeta.

Con la lógica de algunos políticos profesionales (el diputado Saenz) y otros que no lo son de manera profesional (Guillermo y Alvin) en el atropellamiento de un automóvil a un transeúnte se debería de culpabilizar a la combustión interna del automóvil y no al conductor.