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domingo, 7 de noviembre de 2010

MIS MAXIMAS Y MINIMAS QUINTA ENTREGA.


¿LA ALTERNANCIA EN EL PODER PROMOTORA DE LA CORRUPCION?
Mucho se critica la actitud de nuestros políticos de utilizar el Estado como un botín, como un tesoro que hay que saquear rápida y efectivamente mientras están en el poder. Pero, me pregunto: ¿Pueden los políticos actuales, en las condiciones actuales, actuar de otra manera? Los políticos actuales son personas con una percepción bastante limitada de la existencia humana, generalmente con problemas económicos y, por tradición, dispuestos a aprovecharse al máximo de un poder efímero (“aprovecha macario que esto no es diario”). Por otro lado, supuestamente (pero este supuesto juega un papel preponderante) se enfrentan en los comicios electorales varios proyectos divergentes (el popular vrs el oligárquico; el honesto vrs el corrupto; el participativo vrs el excluyente, etc. etc.) lo que da como resultado que cada elección es una fractura, una discontinuidad, un terremoto institucional, un río revuelto donde el burócrata (principal artífice de la administración estatal) lo único que percibe son “oportunidades” que debe aprovechar al máximo en medio de la fragilidad y la transitoriedad de su situación. Otro elemento a considerarse es que el ejercer el poder por un período determinado (además de corto alcance) induce que quienes lo ejercen actúen con irresponsabilidad pues tienen claro que serán otros (los nuevos electos) los que tendrán que lidiar con las consecuencias de sus acciones. Hagan memoria y revisen críticamente a los últimos cuatro “gobiernos democráticos” (Doña Violeta, Alemán, Bolaños y el actual). Seguro que lo que aparecerá en sus cerebros son una serie de burócratas y políticos desalmados e irresponsables saqueando a manos llenas el erario nacional.

UNA NACION CON OBJETIVOS DE INDIGENTES
Salir de la extrema pobreza es un objetivo de indigente por lo que en nuestros políticos (que no son indigentes) ese lema no constituye ninguna finalidad y es no es mas que un discurso decorativo para presentarlo a los países cooperantes y los electores. En la realidad el país políticamente carece de objetivos y marchamos a la deriva en ese mar abierto y violento que es el mundo actual. No sería mejor, para concitar las mejores voluntades (no las más piadosas que generalmente son las peores), delimitar como objetivo político estratégico: convertir a este país de indigentes en una nación poderosa. Definido el fin, se  podría comenzar a buscar y a encontrar los medios.

EL MODELO ECONOMICO CHINO:
Cuando Teng Hsiao Ping se propuso impulsar las reformas bajo el provervio chino “da lo mismo que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones”, dando a entender que lo fundamental era producir riqueza no importaba bajo que tipo de relación o propiedad, nadie esperaba semejante impulso de la nación china. Pero, ante el asombro del mundo entero, ahí tenemos a una china pujante que va en camino de convertirse en la principal potencia del siglo XXI. El “milagro chino” se ha basado en los siguientes pilares: apertura para la inversión extranjera ofreciendo mano de obra calificada, disciplinada y de bajo costo; apertura de mercado a lo interno sobre todo para la economía campesina; control estatal de las principales palancas del desarrollo económico (banca, energía, minería y algunas empresas de orden estratégico productoras de armamento y maquinarias); crédito abundante para las actividades productivas en todas las esferas de la economía;  regulaciones donde se puede aplicar (tasas de interés, costos de energía, etc.), y dejar que el mercado se encargue donde no se puede regular (pequeña producción agrícola y artesanal, pequeños y medianos servicios, y casi la totalidad del mercado interno); adaptación a las reglas del juego del mercado internacional ofreciendo productos de calidad a bajo costo; inversión fuerte y de manera sostenida en tecnología y educación; y por último, pero no menos importante, la voluntad firme de los “mandarines” del Partido Comunista de hacer de su país una nación poderosa.

LA PAZ COMO ANHELO; LA CONFRONTACION COMO HECHO..
La paz entendida como un estado de armonía en el que predomina “la tolerancia y el respeto a las diferencias” no es mas que una utopía romántica que tiene como fundamento una “buena voluntad” humana ficticia. En las sociedades humanas lo realmente existente es el cúmulo de voluntades divergentes que se confrontan (esto es verdad aún a lo interno de la conciencia de una persona) por obtener la primacía o el dominio. Producto de ese romanticismo cuesta mucho apreciar que lo que ha existido en todas las  épocas del desenvolvimiento humano es la confrontación, cuya máxima expresión es la guerra. La paz no ha sido más que un anhelo de los “buenos corazones” mientras que la guerra siempre ha sido un hecho, una realidad tozuda de la que no podemos evadirnos por más que querramos. La única “paz” que existe (siendo demasiada relativa) es la de intimidación, control y dominio del adversario que siempre estará buscando el momento propicio para rebelarse y atacar. No hay duda que existe mucha sabiduría en esa frase del romano Flavius Renatus Vegetius: “si vis pacem, para bellum” (si quieres la paz, prepárate para la guerra).



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